El cambio climático ya es una realidad y representa uno de los principales retos ambientales, con efecto sobre la economía global y el bienestar social.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), los primeros 30 cm del suelo del planeta contienen prácticamente el doble de carbono que el que existe en toda la atmósfera, por lo que se ha convertido en el segundo sumidero de carbono natural más grande, después de los océanos.
Este fenómeno climático está muy relacionado con el medio rural. La agricultura es, en la actualidad, la tercera actividad económica emisora de CO2, uno de los principales gases de efecto invernadero. Sin embargo, podría llegar a ser neutral, en cuanto a emisiones de carbono, si se adapta un nuevo modelo capaz de favorecer el secuestro de CO2 en el suelo.
Un modelo que ya se ha puesto en marcha en nuestro país de la mano de la asociación cultural Escuelas Campesinas de Segovia que, a través de su proyecto ‘Guardianes de la Biodiversidad: reproducción de variedades tradicionales con técnicas de secuestro de carbono y conservación de los suelos’, seleccionado por Bankia y Fundación Caja Segovia en la ‘I Convocatoria de Medioambiente y Desarrollo Sostenible’, busca:
- cuidar y mantener la diversidad hortícola y cerealística con la reproducción de variedades tradicionales de la provincia
- implementar y difundir varias técnicas agrarias que faciliten el secuestro de carbono en los suelos de cultivo, frenando así su emisión a la atmósfera