Los padres de Alberto señalan los beneficios de este tipo de actividades que, para su hijo, un “niño tímido y cariñoso” con una limitación motórica del 45% y retraso cognitivo leve, tienen: “Para él es muy importante hacer lo que los demás hacen y nunca se rinde, aunque vea que no consigue realizarlo bien. Se siente feliz cuando cuentan con él. Su autoestima mejora. Aparte del beneficio del deporte para su discapacidad”, explican.
Asimismo, las actividades de Fundación También han ayudado a Mateo a socializarse con otras personas, a tener que adaptarse a nuevas circunstancias como han sido viajar y convivir con otras personas que no conoce, a tener que esforzarse para mejorar en un deporte. “Todo esto ha supuesto una forma de realización personal para nuestro hijo que descubre que hay varias facetas, y no solo la académica, para desarrollarse”, aclaran los padres de Mateo quien recomienda participar en los campamentos “porque haces nuevos deportes, conoces amigos y te lo pasas genial”.
Por su parte, Miguel Ángel, usuario de silla de ruedas, ha mejorado mucho, incluso más de lo que los pronósticos auguraban, gracias al deporte. Le encanta montar en bicicleta adaptada, esquiar, hacer el descenso del Sella en piragua, realizar el Camino de Santiago, jugar a los bolos en las fiestas de la Fundación con sus hermanos que no tienen discapacidad y un largo etcétera.