“Envejecer forma parte de la vida y, como una etapa más dentro del ciclo vital del ser humano, no se puede evitar, pero sí se pueden llevar a cabo acciones que retrasen su aparición de forma prematura”, asegura Sonia Palasí, trabajadora social de la Asociación Síndrome de Down de Castellón.
El proceso de envejecimiento en las personas con síndrome de Down y/o discapacidad intelectual ha cambiado notablemente en los últimos años. Gracias a los avances en los tratamientos médicos, su esperanza de vida ha aumentado hasta en 30 años y, actualmente, se acerca a los 60-70 años.
Esta buena noticia plantea a su vez nuevas necesidades y es que, aunque no existe evidencia científica en cuanto a qué edad se inicia ese proceso, sí existe cierto consenso a la hora de señalar que los primeros signos y síntomas de envejecimiento aparecen alrededor de los 45 años en personas con discapacidad intelectual y alrededor de los 35 en personas con síndrome de Down.
Con el objetivo de detectar esos síntomas a tiempo para poder actuar sobre ellos, desde la Asociación Síndrome de Down de Castellón han desarrollado el programa ‘Envejecimiento Activo’, una iniciativa que cuenta con el apoyo de Bankia y Fundación Caja Castellón., y que consiste en promocionar un envejecimiento activo, saludable y de calidad entre las personas con diversidad funcional.