El aislamiento preventivo conlleva la necesidad de adaptarse a este escenario tan excepcional, un cambio que está poniendo a prueba la convivencia familiar.
Esta situación, apuntan desde Fundación Amigó, puede provocar que la armonía dentro del hogar se pueda resentir y “derivar en una serie de problemas, entre los que figuran la ansiedad, la dificultad para encontrar actividades con las que ocupar el tiempo, los conflictos domésticos, de pareja, etc.”, inconvenientes todos ellos que pueden pasar factura a la persona y al grupo.
Por ello, la asociación ha puesto en marcha la iniciativa ‘Familias en Acción’, un programa destinado a “habilitar diferentes herramientas para ayudar a las unidades familiares a autogestionar las emociones en este momento de vacilación”.