Controlar algunas de las plagas que acechan los viñedos de producción ecológica mediante la conservación de poblaciones de uno de los grupos de mamíferos más amenazados que existen, los quirópteros, es el objetivo de la actividad llevada a cabo por Bankia y la Fundación Limne.
Y es que los murciélagos, pese a gozar de una injustificada mala fama, son una pieza clave en la gestión de los ecosistemas mediterráneos, siendo especialmente destacable su papel en el control de insectos y plagas.
Controladores de plagas
“En los últimos años ha crecido el interés en el papel de estos mamíferos como controladores de plagas agrícolas”, señalan los biólogos de la Fundación Limne, entidad que busca fomentar la participación ciudadana en la conservación y mejora de los ecosistemas acuáticos.
“Si bien en nuestro país aún escasean los estudios, en el Delta del Ebro los murciélagos han demostrado ser muy efectivos en la lucha contra la polilla del barrenador del arroz”, aclaran los especialistas.
Proteger a los murciélagos
Conocer las especies y las zonas en las que se mueven los murciélagos es esencial para determinar qué medidas son las más idóneas para protegerlos y fomentar la lucha biológica contra plagas e insectos perjudiciales para las vides.
El estudio de los murciélagos se lleva a cabo mediante el uso de un sencillo detector de ultrasonidos, un aparato que “traduce” el sonido inaudible que emiten estos animales.
“Como cada especie “suena” a una frecuencia diferente, los voluntarios del proyecto pueden conocer con bastante efectividad la fauna de murciélagos que puebla un paraje. Se trata de una técnica no invasiva que permite aglutinar datos de distribución y densidades de nuestras poblaciones de murciélagos”, explican desde la Fundación.